UN POCO DE HISTORIA...




RESEÑA HISTÓRICA DE LA
ESCUELA NORMAL SUPERIOR “LEONOR ÁLVAREZ PINZÓN”

El semillero de maestras colombianas localizado en Tunja y fundada en cinco de mayo de 1875, hunde sus raíces en la Ley 204 que dice así:

“La Asamblea Legislativa del Estado Soberano de Boyacá establece en la ciudad de Tunja. La ESCUELA NORMAL DE MUJERES, con fecha 4 de noviembre de 1873”
El artículo 5 de la citada ley dice: “La dirección de la Escuela Normal de Institutoras estará a cargo de una maestra alemana, que el Poder Ejecutivo solicitará por intermedio del Ministro de Alemania residente en Bogotá”.
Entre el gobierno del Estado Soberano de Boyacá y el señor Ministro de Alemania, residente en Bogotá, se cruzaron varios oficios relacionados con la traída de una profesora alemana para dirigir la Escuela Normal de Señoritas, notas que no tuvieron resultados favorables.
No se verificó la venida de la pedagoga alemana. En 1874 el presidente de los Estados Unidos de Colombia don Santiago Pérez, dictó el decreto N°356 de agosto de 1874 sobre el establecimiento de dicha Normal.
El presidente del Estado Soberano de Boyacá, para dar cumplimiento al artículo 5 del decreto dictado por el Presidente de los Estados Unidos de Colombia, expidió el siguiente decreto de nombramiento de la primera directora de la Escuela Normal, dama de nacionalidad colombiana.

DECRETO

Por el cual se nombra Directora de la Escuela Normal de Institutoras. EL PRESIDENTE DEL ESTADO SOBERANO DE BOYACÁ, en uso de la facultad que le confiere el articulo 5 del decreto del Poder Ejecutivo de la Union, numero 356 de 1874.

DECRETA

Artículo 1°. Nombrase a la señorita INOCENCIA NARIÑO directora de la Escuela Normal de Institutoras establecida por el Gobierno de la Unión en el Estado.

Artículo 2°. Sométase este nombramiento a la aprobación del Poder Ejecutivo Nacional.

Dado en Tunja, a 15 de febrero de 1875.

La señorita Inocencia Nariño era bogotana. Llegó a Tunja el 7 de abril de 1875 y tomó posesión de la dirección de la Escuela Normal el 9 del mismo mes. El plantel abrió tareas el 5 de mayo de 1875 con 28 alumnas y el Establecimiento empezó a progresar en forma admirable.

La señorita Nariño, dama de acendrada cultura, ejerció durante diez años el sublime apostolado. Cuentan que a sus dotes de pedagoga unía una profunda piedad, una vasta ilustración, una conversación agradable y un intenso deseo de formar en sus alumnas voluntades de recia contextura. Comprendía, como pocas, el papel que la mujer debe desempeñar en el hogar y para tal fin las hacia realizar grandes sacrificios  con el rostro sereno y la sonrisa en los labios. La reciedumbre de su alma mostraba claramente que no en vano pertenecía a la estirpe del Precursor Antonio Nariño.

De 1849 a 1897 desempeñó el cargo de Directora la señorita María Luisa Rincón, quien continuó la obra iniciada por la señorita Nariño. El orden y la regulación provenientes del estricto cumplimiento del reglamento hicieron que la Normal continuara progresando y, formadas por sus manos salieron magníficas institutoras que dirigieron por muchos años los destinos educacionales del Departamento.
El 1888 egentó los destinos del plantel la señorita Concepción Tavera. Colaboró en la dirección de la Anexa la señorita Hersilia Mariño Escobar y como profesores, don Daniel Latorre, don Leonardo Ramírez Márquez y don Ramón Castellanos.

El 1889 volvió a dirigirla la señorita María Luisa Rincón.

En 1890, la señorita Sara Crosthwait sucedió a la pedagoga Rincón.

En 1893 estuvo frente a los destinos de la Normal la benemérita Institutora María de Jesús Ortiz. Murió en Ibagué en 1899. El Gobierno de Boyacá hizo mediante de un decreto de honores póstumos, reconocimiento a su magnifica labor docente.

De 1896 a 1899 regentó la Escuela Normal la señorita Sixta Tulia Bernal. De la huella fecunda de su paso por el establecimiento da testimonio la ex alumna Sara María Castillo de Niño, cuando comenta que en este período el nivel académico era tan alto, que el profesor de matemáticas las sorprendió en el examen oral dejándolas escoger el tema pues aseguraba que en cualquiera de ellos lucirían maravillosamente sus habilidades intelectuales.

De 1900 a 1903 el establecimiento permaneció cerrado debido a la Guerra de los Mil Días.
De 1904 a 1909 sirvió los destinos nuevamente la señorita Sixta Tulia Bernal.

De 1910 a 1921 sirvió el cargo de la dirección la señora Leticia Ulloa de Forero, una de las más competentes institutoras que ha tenido el departamento. Grandes recuerdos tiene de esta educadora sus ex alumnas quienes afirmaban que ella no descuidaba ningún aspecto educativo. Recuerdan emocionadas su trato afable y culto, las conferencias que oían de sus labios para inculcarles el sentido de la responsabilidad, el amor a la verdad, la necesidad de la pulcritud en la presentación personal, la exigencia de los buenos modales y la necesidad de adquirir una solida preparación intelectual. Le daba gran importancia a la clase de música y a la celebración de las fiestas patrias. La ayudaron en su labor especialmente las señoritas Gertrudis Díaz como subdirectora y Josefina Posada profesora de Educación Musical.

En sus últimos días el gobierno le ofreció la Cruz de Boyacá, pero sus quebrantos de salud no le permitieron dirigirse a la capital y hubo de declinar el ofrecimiento.

De 1922 a 1925 no funcionó el plantel.

En 1926 dirigió la Normal la inteligente pedagoga Ana Rosa Segura de Fajardo, natural de Ventaquemada. De su delicada y profunda vocación para el magisterio habla la cátedra que improvisaba en su residencia con los galopines que a su paso encontraban la calle. Murió en Bogotá en 1964. Fue miembro en la Academia de Historia de Boyacá.

De 1927 a 1930, Evangelina Zambrano. Natural de Santa Rosa de Viterbo. Muy estricta. Suprimió el externado por razones de disciplina. Obligaba a sus alumnas a hacer pesadas caminatas. Viajó a Estados Unidos para ampliar sus conocimientos. Al final de sus días fue privada del don de la vista y aunque sus alumnas la visitaban con alguna frecuencia, murió en relativo abandono.

En 1931 la señorita Leticia Ulloa de Forero. La muerte de esta pedagoga fue lamentada por el gobierno de Boyacá en el siguiente Decreto:

Decreto N° 99 de 1945 “Por el cual se honra la memoria de una buena institutora”.
El Gobernador del Departamento considerando.
Que en la ciudad de Moniquira acaba de fallecer la señora Leticia Ulloa v. de Forero, institutora eminentísima quien durante mucho tiempo prestó señalado servicios a la educación de la juventud al frente de la Escuela Normal de Señoritas de Tunja, plantel que aprestigio con sus talentos y singulares virtudes de abnegada servidora; y que el Gobierno considera un deber honrar la memoria de los servidores públicos que contribuyeron a exaltar la cultura y dar brillo a las disciplinas pedagógicas, Decreta : Artículo 1°. El Gobierno del departamento deplora el fallecimiento de la distinguida dama Leticia Ulloa v. de Forero y presenta su memoria como ejemplo de virtudes dignas de admiración del magisterio boyacense.
Artículo 2°. Copia de este decreto será enviada al Consejo Municipal de Moniquirá y a los familiares de la extinta.
Comuníquese y cúmplase. Tunja, 6 de marzo de 1945.


El secretario de Gobierno, Octavio Medina y Medina. El Secretario de Hacienda, Diego Rivadeneira. El Secretario de Educación Pública, L.L. Granados Moreno. El Secretario de Obras Públicas, J. Rivera Villate.

En el año 1932, la señorita Ana María Toscano Canal. Educadora progresista, aclimató en la Normal los métodos de la Escuela Nueva, en boga en ese entonces en Europa. La Normal sirvió de campo de experimentación de los primeros licenciados bajo la suprema dirección del inolvidable profesor Julius Sieber.

La señorita Toscano Canal escribió un libro titulado “Leamos nosotras”, sobre la educación de la mujer. Murió sin ninguna recompensa del Gobierno.  

A partir de 1934 trabajó con las mismas funciones de la Escuela Normal, un establecimiento denominado Colegio Departamental Femenino, fundado por la ilustre boyacense señorita Ana Silvia Eslava, quien fue su primera directora. De familia de educadores. Imprimió el carácter de la Normal a este colegio. Gestiono ante la Asamblea de Boyacá la restitución de los bienes naturales de la antigua Normal. Reclamó para su funcionamiento el edificio construido en los terrenos donde funciona hoy la Curia Arquidiocesana. La ex alumna señora Niño de Montejo, se expreso de ella en los siguientes términos “Nuestra Directora infundía respeto por su presencia y sabiduría. Entabló el dialogo con las alumnas respetando el derecho de opinión. “Era enemiga de la injusticia”

Le sucedieron en el mismo cargo:

En 1937 Inés Ruiz
En 1938. María Morales
En 1939ana silva eslava. La Normal abrió labores con 159 alumnas.
En 1940 Inés Ruiz
En 1941. Beatriz arboleda
En 1942 Isabel Ruiz
En 1943 margarita Acincha
De 1944 a 1045 julia Rodríguez Rojas

Después de casi tres lustros de permanecer la Escuela Normal, el ministro de educación  pública dicto un decreto en 1946 por medio del cual se funda en Tunja una Escuela Normal de instituciones costeada por fondos nacionales. Fue nombrada como directora la señorita Irene Jara. El plantel abrió sus puertas donde funcionó  el colegio departamental femenino, antiguo convento de los padres franciscanos. Comenzó labores el 29 de abril de 1945. La señora Irene Jara de Solórzano, es una de las educadoras mas notable del país y la primera que llegó a ocupar el cargo de viceministra  de educación encargada del ramo por ausencia titular. Antes de retirarse definitivamente de la docencia y de la administración educativa del país, dirigió las actividades ICOLPE.

De  1948  a 1949 dirigió los destinos de la Escuela Normal la señora Emma Rosas de Espinosa. Ella recuerda con especial gratitud  a la habilitada Inés Martínez por sus grandes cualidades de honorabilidad y colaboración. A la secretaria Beatriz Flórez.  En lo académico a las señoras Ruth de Jiménez, Josefina de Cely y a las señoritas Cecilia Niño, Ana María de Vargas, Leonor Avella, Cecilia Prieto, Ofelmina  Gómez, Mercedes ortega, Rosa Elena Dueñas y Ester Julia Barrera. A los señores profesores Gabriel Cárdenas, Ulises Rojas, Ricardo Rosillo Jácome. La bandera actual de la Escuela Normal fue  diseñada  en este periodo por un grupo de alumnas  dirigido por la profesora Leonor Avella. En lo cultural se editó una revista llamada “IRRADIACIONES”.

DE 1950 A 1952  la distinguida señorita María Antonia Vargas. Fueron sus colaboradores de la obra educativa: los padres Miguel Antonio Medina  y Medina, mas tarde el obispo de Cali y de Montería, el Ilmo. Señor Ignacio. A. Vargas Torres, Eduardo Josué Medina m. después canónigo de la catedral metropolitana de Tunja, Juan Evangelista Buitrago y Alfonso Rico Laverde; las señoras Ana Rosa segura de fajardo, Ruth de Jiménez y Elvira moreno de Duarte; las señoritas María teresa Vargas, Carmen Sofía Gómez, Leonor Álvarez Pinzón, Leticia forero, Elvira plazas, Carmen Rosa  Sandoval, Eva Matajira, Elia Torres, Anita González, Cecilia Fuentes, Ester Julia Barrera, Blanca Dueñas y María Antonia Pérez.

De 1953 a 1954 directora Aurora Maya de Jaramillo, ilustre educadora caldense quien además de rectoría de esta Normal desempeño sucesivamente las de la Normal de Sogamoso y Popayán. Se ha distinguido por su copiosa ilustración especialmente en lo relacionado con las ciencias naturales y biológicas. Dotada de excelentes relaciones humanas. Actualmente presenta sus servicios como asesora en la Misión Alemana dependiente de Ministerio  de Educación Nacional.

De 1954 a 1956 doña Alicia Duarte Salazar como directora. Se matricularon 240 alumnas. Colaboraron algunos de los anteriores junto con el doctor Max Gómez Vergara y las señoritas Mery Luna Santos, Lucila Días, Gabriela Sánchez, Carmen Parra, Margarita Gómez, Beatriz López Naya Esparragosa, blanca Wilches, Marina García, Ligia Restrepo, Blanca Cascante, Fanny Gómez y Aura  Mora Buitrago como habilitada del plantel.

De 1957 a 1958 Leonor Álvarez Pinzón, funciono el plantel con 328 alumnas.
De 1959 a 1960  Alicia Duarte Salazar y Elena Bedoya de Ruiz

De 1961 a 1974 señorita Leonor Álvarez Pinzón. La normal funcionó hasta fines de 1964 en el edificio que ocupara antes el convento de San francisco. Muchos triunfos se cosecharon en esta casona  durante esta época. Su rectora era luz que permanecía encendida muchas veces hasta el amanecer, era la trabajadora infatigable, la resistencia que no dio reposo frente a la adversidad.

El edificio empezó a derruirse y muchas vicisitudes tuvieron que pasar, tanto la rectora como sus abnegadas colaboradoras: Ruth de Jiménez, rosa Emma  de Peña, Beatriz de Cuervo, Josefina de Donato, Flormaryen gracia de Valcárcel, Cecilia Bustamante, María Antonieta Arenales, Elisa Romero, Bertha Ortegón, Amparo Peralta, Carmenza Borda, Beatriz Herrera, Martha Uribe, Aura Riveros, Cecilia Prieto, Carmenza Becerra, Emilce Aldana, Blanca Cascante, Aura Alicia de Arismendi, María Teresa León y Carmenza Peñaloza.

La  corporación de turismo adquirió   por compra el edificio en ruinas para edificar en este lugar un lujoso hotel. El gobierno nacional tomo en arriendo la casa, antes Seminario Mayor, y el normal continuo sus labores allí hasta 1969.

En 1964 el gobernador de Boyacá, doctor Octavio Rosseli Quijano en replantación de departamento, firmo la escritura del lote destinado al nuevo edificio para el funcionamiento de  la Escuela. Este acto fue el anuncio de un nuevo amanecer incontenible. El 28 de abril de 1964, siendo ministro de Educación Superior Y Normalista, el doctor Luis Alejandro Gómez de Balderrama y director de la Educación Superior  y Normalista, el doctor Luis Alejandro Guerra, en el lote adquirido colocó la primera piedra, como una cruz con sus brazos abiertos que después se cerrarían alegremente en torno a alumnas, que acudían a diferentes rincones del país a recibir la ciencia.

Más tarde los arquitectos e ingenieros dibujaron el futuro edificio en sus cuartillas blancas.  De 1964 a 1966 ocuparon estos terrenos las exploradoras, los plomeros, los electricistas, los carpinteros y las inmensas grúas cuyos largos brazos   se desplazaban hasta el cielo.

Con ocasión de esta construcción es escucharon diferentes opiniones  unas favorables  y otras desalentadoras. La imprudencia de una dama al calificarla como apta para galpones, hizo que de los labios de doña Leonor saliera una expresión llena de fe: “no importa, mi Dios es muy bueno conmigo y el día que obtengamos este regalo de El, con muestro amor y el trabajo lo transformaremos en refugio  libio y sereno y así laboraremos felices cerca del cielo y de las nube”.  Las anteriores palabras pueden considerase como muestra inequívoca de que ella presentía que allí emprendería el viaje sin retorno.

Poco a poco las semillas empezaron a abrirse, y los sembrados y las raíces de las acacias y de los pinos a hundirse en la tierra, llegaron los pájaros a buscar  hospedaje en los rincones frescos y las flores dieron testimonio de la constancia de sus moradores. Y como regalo especial de la providencia, de este erial en donde solo se veía la pequeña piedra, en donde nada atraía y cuyo terreno mismo era incierto por lo deleznable  y ausente de arboles, surgió el imponerte edificio soñado por doña Leonor.
En 1970 el doctor Octavio Arismendi posada, ministro de educación, en nombre del gobierno nacional hizo entrega solemne del edificio. Sonaron las llaves, vibro la campana, las voces se elevaron al cielo  en canciones  y plegarias, las risas y los gritos entibiaron  el ambiente y el trabajo levantó su tribuna.

Otras muchas obras quedaron como recuerdo de doña Leonor. Ya enferma y como una de sus últimas realizaciones, modernizó el comedor de las alumnas con la adquisición de un numero suficiente de sillas y mesas en vivos colores, en donde más tarde se apoyarían los codos y las manos temblorosas de sus alumnas para comentar comunitariamente la muerte de su querida rectora.

En 1971 empezó a funcionar el bachillerato clásico en la Normal. Mediante resolución Número 6851del 2 de noviembre de 1972, fueron aprobados los estudios de bachillerato y se concedió licencia para expedir títulos.

En 1973 el número total de alumnas matriculadas ascendió a 58. En el mismo año se anexó a la Normal el Instituto Politécnico Nacional Femenino.

Para el éxito de gestión administrativa colaboraron en forma decidida y entusiasta con la señorita Leonor, además de los profesores nombrados anteriormente: Gloria Carrillo, Rosalba de Canchila, Alicia Roa, Alma Luz de Suárez, Cecilia Niño de Montejo, Carlina de Samacá, Inés de Cely, Cecilia de Velandia, Felícitas Medina, Teresa de Mesa, Lola Romero, Blanca Medina, Anita de Fajardo, Ruth Marina Curiel, Elvira de Patiño, Zilia Vásquez, Ana Nova, Elena León, Iluminada Terán, Luz Dora de Suárez, Gloria Garzón, Celina Jaramillo, Maryluz de Turriago, Marina Fonseca, Marlene de Cano, Josefina Espitia, Mariela de Buitrago, Georgina Martínez, Beatriz Gil, Rosa de Mojica, Nohemy de Castellanos, Rosa Cruz, Lilia Alvarado, Cecilia Jaime, Gloria Landazábal, Deyanira Patarroyo, Olga de Avila, Romelia Granados, Ulises Mesa, Benjamín de Tobos, padre Rodrigo Díaz, S.S. Eduardo José Medina, padre Gregorio Gaona, Fray Carlos Bonilla, Fray Samuel Ortíz, S.S. Luis Corredor, Miguel Ángel Avila, el Doctor Ernesto Calderón, Inés Galindo en la Dirección de la Anexa y padre Marco A. Farfán.

Es justo reconocer el dinamismo y la incondicional solicitud que para el progreso del establecimiento ha prestado la señorita pagadora, Emma Bolaños Ortiz.

La parte artística del establecimiento se mantuvo en sitio prominente durante más de veinte años, gracias a la delicada sensibilidad y desinteresada consagración de la señorita Cecilia Prieto Mariño.
Con la más sincera gratitud mencionamos en esta reseña histórica de la Normal, el nombre del doctor Max Gómez Vergara, presidente de la Asociación de Padres de Familia, por su colaboración para el progreso del colegio. La Normal ha encontrado siempre en él al amigo por excelencia pronto a servir, al amigo discreto, constante en inalterable, que ha sabido compartir con la escuela sus tristezas y sus alegrías. Con ejemplar cortesía atiende las consultas que se le hagan y de sus labios se oye siempre el consejo sabio y oportuno sin disminuir las opiniones de los demás. Por todo lo anterior se ha ganado los sentimientos de admiración por parte de las Directivas, Profesorado y Alumnado de esta Normal.
El 7 de junio de 1974 falleció en la ciudad e Bogotá la señorita Leonor. Sus colaboradoras, sus alumnas y la sociedad en general lamentaron su ausencia física, pues por lo que hace relación a su espíritu, a su temple y a su semblanza moral, ella permanecerá para siempre en los corazones de quienes tuvieron la fortuna  de conocerla y tratarla.

Para suceder a doña Leonor fue nombrada por el Ministerio de Educación la señora Ana Matilde Barrera de Niño. Natural de Pesca. Licenciada en Ciencias de la Educación, especialización Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Pedagógica de Bogotá.

Dona Anita es una de las educadoras más diligentes y consagradas de la edad contemporánea. A ella se debe prácticamente la organización y el desarrollo de la actual Escuela Normal Departamental de Duitama, cuyos edificios y dotación fueron obra suya. Posteriormente fue llamada a la Secretaría de Educación del Departamento, donde prestó sus servicios como Jefe de División de Docencia y Secretaría Encargada. Sus colaboradores, así de la Supervisión como de la Secretaría, guardan de ella los más gratos recuerdos.

Al presentarse el deceso de la señorita Leonor Álvarez Pinzón, fue llamada por el Gobierno Nacional para dirigir los destinos de la Escuela Normal donde adelantó una magnifica labor administrativa y pedagógica.

No hay que olvidar que en el interregno suscitado entre la muerte de la señorita Leonor y el nombramiento de la señora Ana Barrera de Niño, estuvo encargada de la Escuela Normal la señora Flormaryen García de Valcárcel, distinguida Licenciada de la Universidad Pedagógica de Bogotá y quien además del cargo de Coordinadora que desempeñaba al ser encargada de esa Dirección, había desempeñado el cargo de Rectora de las Normales de Chiquinquirá y Turmequé.

A doña Flormaryen le correspondió prácticamente establecer el empalme entre una y otra administración.

En la actualidad colaboran algunos de los profesores ya anotados en la anterior administración y:
Como Profetas de Disciplina, trabajan eficazmente la señora Rosalía Hurtado de Hurtado y la señorita Concepción Chía Márquez.

Directora de la Escuela Anexa, señora Rosa Martínez de Bermúdez.

El servicio de Consejería es atendido por la señora Beatriz Pinzón de Díaz, Máster en Orientación y Consejería de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Gracias a su tenacidad, iniciativa y maravillosas relaciones humanas, las alumnas han podido solucionar satisfactoriamente muchos de sus problemas.

Profesores: Myriam Rojas, Yolanda Reyes, Mariela de Muñoz, Ruth de Bonilla, Perla Betty Cortés, Beatriz Hernández, Edith Cascante, Ana Castro, Myriam de Sandoval, Martha Gómez, Ana Belsú de Espinoza, Teresa Álvarez, Inés Rodríguez, Socorro Arias, Bertha de Paredes, Idalid Camacho, Simón Bolívar, Alfonso Tamayo, Humberto Bernal, Tulio Ortega, Justo Pastor Amaya, Fernando Cuadros y Guillermo Amézquita.

Personal Administrativo: Emma Bolaños, Felícitas Mediana, Yamile de Barrera, Celina Jaramillo, Ana María Duarte, Aura Riveros y Ricardo Farfán.

La parte moral y religiosa está atendida por S.S. Luis Corredor, Fray Samuel Ortiz y Padre Ramón Hernández.

Los servicios médicos y odontológicos son atendidos por los doctores Edgar Higuera y José Agustín Cely.

Atendiendo a las ultimas disposiciones oficiales, funciona desde el 12 de marzo de 1975, el Bachillerato Comercial Nocturno.

Finalmente, por decreto No. 672 esta Institución llevará el nombre de “ESCUELA NORMAL LEONOR ALVAREZ PINZÓN”.



Tunja, 14 de abril de 1975
MARIA ANTONIA ARENALES FLOREZ
BLANCA MEDINA MORA.


 TOMADO DE: 
REVISTA EXPRESIÓN NORMALISTA, Pág. 3- 7  Año. 1975




    


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